Tiny Grey Pointer

jueves, 25 de abril de 2013

Elegía


Sentía como las tibias lágrimas goteaban sobre mi hombro
Él se sentía completamente vulnerable en ese momento, habían herido sus sentimientos.
Era de noche. Corrió y lo seguí.  Sin pensarlo dos veces se volteó hacia mí y con fuerza me abrazó rodeando todo mi cuerpo; me quedé helada por un segundo pero reaccioné de inmediato y lo abracé con igual fuerza con un brazo rodeando su cuello y con el otro su cabeza.
Nuestros cuerpos estaban tan unidos que yo podía sentir su corazón latiendo muy rápido; podía sentir como en un instante su calor me envolvía por completo. Su llanto era más lamentoso y sus lágrimas iban mojando mi cuello impiadosamente.
Yo lo sostenía con fuerza igual que él a mí; no sabía qué sentir en ese momento; su llanto estaba haciendo brotar en mis ojos lágrimas de impotencia. ¿Qué podía hacer yo? Paseaba con mis dedos sus cabellos acariciándolo en una forma de encontrar la calma a su sollozo.
Sólo sé que en ese instante, lo amé aún más.


El sudor de su pecho
Aunque nos encontrábamos un poco lejos, nos mirábamos con sofocante gracia; y de a poco, él se iba acercando. Como si fuera un títere, mis piernas me llevaban a donde él  se encontraba, aunque yo estaba más que nerviosa.  Sin embargo mis nervios desaparecieron al ver esa incandescente sonrisa que nacía de sus labios…entonces, extendió sutilmente sus brazos y acercó mi cuerpo al suyo. Yo recosté mi cabeza sobre su pecho y acomodé mis brazos en un su cintura.
Me sentía protegida en sus brazos.  En ese momento, el tiempo se detuvo y no me importaba nada más.
Pude sentir el ligero rubor en mis mejillas al percatarme de las gotas de sudor que bajaban de su cuello y caían a su pecho.
Y su acogedor calor era todo lo que yo necesitaba.


Plegaria
“Mi amor, despiértame, sólo despiértame…por favor…”
Le dije mientras lo abrazaba fuerte y temblorosamente.



miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ella


Estábamos allí, en ningún lugar, rodeadas de gente que no dejaba de mirarnos, ya me empezaba  a dar algo de vergüenza así que decidí apartarme de ella un rato.

No entiendo por qué, pero todos podían mirarla a ella, menos yo. Para mí ella era invisible, pero igual, yo podía abrazarla, tomarla por la mano, escucharla y besar su mejilla. Pero no la veía. Era transparente como el agua.

Las personas empezaron a sospechar de mi preguntándome cosas que no les interesaba en lo absoluto, y empecé a molestarme ante tantos intentos de entrar en mis sentimientos personales.
Corrí a buscarla de nuevo. Recuerdo el lugar; oscuro, tétrico, abandonado, lleno de basura y escombros por los suelos, incluso recuerdo muchos gatos bebés merodeando.
Ella se encontraba al final del pasillo oscuro en una esquina donde había un poco de iluminación, la luz no era eléctrica, pareciera ser que la luna iluminara todo nuestro entorno.

Intenté alcanzarla y no pude.

La escena cambió y el lugar se volvió muy claro, podía ver con claridad el ambiente totalmente arruinado.
Esta vez estaba con ella, la puse en frente mio y la tomé de las manos. Llorando le supliqué que se dejara ver por mí, que ya no podía aguantar suficiente.

Ella miró con ojos compasivos a los míos empapado en lágrimas, y asintió.

En ese momento no lo pude creer y la miré sorprendida. Entonces pude observar su rostro y el color de su cabello.. yo estaba tan feliz que sólo pude llorar más y abrazarla lo más fuerte que pude.

Ya no me avergonzaba nada y pude seguir mi camino. En mi consiente yo estaba segura de que era ella, pero su rostro no me lo demostraba así.

La verdad, es que ni siquiera sé verdaderamente quién es ella ....